Estas recetas fueron elaboradas tomando en cuenta un diagnóstico previo recogido en hogares y en mercados locales, a fin de conocer la disponibilidad, el acceso así como los atributos positivos y negativos que las madres asignan a los alimentos que incorporan en la alimentación infantil.
Cada una de las recetas ha pasado por un proceso de validación a nivel en los hogares donde las madres han elaborado sus preparaciones, según los alimentos disponibles localmente y con gran valor nutricional, bajo la asesoría de los profesionales nutricionista proponiendo mejorar o crear receta nuevas.
Ingredientes
1 cucharada de sémola.
1 hoja de espinaca.
½ cucharadita de aceite vegetal1 rodaja delgada de zanahoria.
2 cucharadas de bazo.
12 cucharadas de caldo.
Preparación
- Con ayuda de una cuchara vaciar el contenido del bazo y una vez obtenida la pulpa, sancocharla.
- Aparte, sancochar la zanahoria y la espinaca, luego aplastarlos con ayuda de un tenedor. Guardar el caldo.
- Disolver la sémola en el caldo y luego poner a cocinar.
- Agregar la zanahoria y la espinaca aplastadas.
- Dar vueltas hasta que cocine y tome una consistencia espesa y servir.
Recuerda
¡La sangre es un alimento de origen animal rico en hierro y previene de la anemia a tu niña o niño!
Los niños deben ser alimentados durante los primeros seis meses de vida exclusivamente con leche materna, a fin de lograr un crecimiento, desarrollo y una salud óptima.
Cuando la lactancia natural ya no basta para satisfacer las necesidades nutricionales de los niños, es preciso añadir otros alimentos a su dieta, es decir, deberían recibir alimentación complementaria, que va de los seis a los veinticuatro meses de edad, además de la suplementación con micronutrientes.
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