Uso de los aceites esenciales en la aromaterapia

Uso de los aceites esenciales en la aromaterapia

La aromaterapia no solo actúa a través del olfato, sino que también se aplica directamente sobre la piel. Los aceites esenciales están compuestos por moléculas extremadamente pequeñas que pueden penetrar fácilmente la epidermis y llegar al torrente sanguíneo. Su absorción se potencia al aplicarlos ligeramente tibios, pero es importante evitar un calentamiento excesivo, ya que podría deteriorar sus propiedades terapéuticas.

Uso de los aceites esenciales en la aromaterapia

La aplicación tópica de aceites esenciales se emplea en el tratamiento de heridas, quemaduras y dolores de cabeza. Asimismo, es común su uso en combinación con masajes. La fricción generada durante el masaje mejora la absorción cutánea, y al mezclar aceites esenciales con aceites base —como almendra, ajonjolí u oliva— se potencia la relajación, se alivia el estrés y se estimula la circulación sanguínea.

Para mejorar la eficacia de la aplicación sobre la piel, se recomienda cubrir el área tratada con una toalla o manta. Esto reduce la evaporación del aceite y favorece su absorción.

En algunos países europeos, ciertos profesionales médicos también emplean aceites esenciales por vía oral o mediante supositorios. Sin embargo, este tipo de uso debe realizarse únicamente bajo estricta supervisión médica, ya que podría causar efectos adversos graves.

Principales métodos de aplicación de aceites esenciales

  1. Baños aromáticos: Agregue de 3 a 5 gotas de aceite esencial al agua tibia de la bañera, preferiblemente mezcladas previamente con tres cucharadas de miel. El baño debe durar entre 15 y 20 minutos, permitiendo la absorción por la piel y la inhalación de vapores.
  2. Inhalación: Coloque unas gotas en un pañuelo e inhale, o bien agregue de 6 a 12 gotas a una olla con agua hirviendo. Luego, cúbrase la cabeza con una toalla para concentrar el vapor e inhale profundamente durante algunos minutos. Tenga precaución de no acercarse demasiado al vapor para evitar quemaduras.
  3. Difusión ambiental: Se pueden usar difusores o atomizadores que dispersan los aceites esenciales en el aire, creando una nube de micropartículas aromáticas. Estos dispositivos son útiles tanto para generar un ambiente relajante o energizante, como para apoyar en casos de afecciones respiratorias.
  4. Masaje terapéutico: Reintroducido por la bioquímica francesa Marguerite Maury, el masaje con aceites esenciales ofrece múltiples beneficios: efectos calmantes, estimulantes, alivio de dolores musculares y apoyo en la desintoxicación del sistema linfático. Su uso es común en el masaje sueco, pero también en otras técnicas terapéuticas.
  5. Compresas: Pueden ser calientes o frías y están indicadas para dolores musculares y de cabeza. Para prepararlas, agregue de 5 a 10 gotas de aceite esencial a 120 ml (4 oz) de agua, empape una toalla en la solución y aplíquela sobre la zona afectada.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *